Limpiacabezales "desde la silla"


Letras de Viajes, Horizontes, Amor, Separación, así se viene la banda Limpiacabezales con un Ep de 4 canciones recargadas como las 4 patas de una silla, esta vez de una energía contenida por más de 12 años.

Limpiacabezales es una banda que con quince letras, hicieron de los limpicabezales su real utilidad en un equipo de sonido, ya que siempre luego de mucho cassettes hace falta los limpiacabezales. La banda se forma en 1998, con Claudio Sánchez ( guitarra y voz), Orlando Toro (Batería y percusiones), ex - integrantes de bandas como SLIVER(1995) ENOLA GRAY(1996), VIMANA(1997), y Carlos Eljuri (Bajo y voz.). Mucho trote y mucho tiempo, la banda solía montarse en cuanto toke sonaba y para el año 2002 sacan su disco Intro con 13 temas y un bonus track “Maten a los bsb”.


Escucha Limpiacabezales con "727/400" del disco Intro



Algunos de los temas de Limpiacabezales que están en la memoria de quienes solían vagar por la ciudad de Barquisimeto entrada la noche en los locales o en cuanto a toke de luz del sol caía son: estrella, 727/400, bulldozer, aeromoza, superman (wooo tendría que poner todas las del disco porque son muy buenas). Posteriormente se vino un período en la banda cada vez más irónico y sarcástico con temas como Tú y los demás, suicida, Zebra, te gusta el ska, entre otras. La banda pasaba por momentos de cambios de integrantes pero siempre Claudio hizo que nunca se perdiera la esencia, además junto a Carlos Delgado, quien viene trabajando desde hace unos 7 años en la banda.

Escucha Limpiacabezales con "Tú y Los Demás"



Escucha Limpiacabezales con "Zebra"



Así se vino varios demos para el 2007 y 2008, los cuales muchos de ellos se encuentran ahora en el nuevo Ep, mezclado y masterizado en Altos Estudios por Martinez y Boston Rex. 311 Estudio y Altos Estudio, ubicado en el laboratorio Nashville de Puerto la Cruz.



Canciones como Preguntas Histericas ya sonaban en demos titulada Limpia pisos, un track puro y sin letra, y con todo y esto se asomaba lo que vendría, No señor, La Milla y Mérida, Estos temas se pueden conseguir junto a fotos y videos a través de la página 

Para el Ep la conformación está con Claudio (Voz y Guitarra) Carlos Delgado (Guitarra principal), Miguel Soteldo (bajo) y Orlando Toro (tambores), con colaboración de Boston Rex en coros, guitarras y bajo en la Milla y Max Martínez en los teclados.



Todas esto es muestra tangible al ver cuando una banda se prepara y luego sacan todos sus fuerzas en disco, en imágenes, en sonido, me alegra ver que desde tierras larenses salen buenas producciones en Rock. Algunas otras páginas donde puedes escucharlos son: http://soundcloud.com/limpiacabezales o en http://soundcloud.com/limpiacabezales/sets/limpiacabezales-ep y su contacto en facebook: busca LIMPIACABEZALES, y twitter: @limpiacabezales.

Actualmente la banda está conformada por Claudio Sánchez, Carlos Delgado, Nathalia Ramirez, y Orlando Toro, y están sonando duro.


Aquí un video de Limpiacabezales “Preguntas Histericas” en vivo desde Puerto La Cruz.


Para el Ep “de la Silla” conversando con Claudio, me comentó sobre el breve escrito que aparece en la solapa del sobre donde viene contenido el disco que dice: “Madre si me matan que no venga el hombre de las sillas negras” , me dijo que le había causado una especie de inspiración ya que proviene de un poema de Andrés Eloy Blanco, y así lo consideró para ponerlo en la carátula. Aquí les dejo el poema:

Canto a los hijos en marcha por Andrés Eloy Blanco

Madre, si me matan,
que no venga el hombre de las sillas negras;
que no vengan todos a pasar la noche
rumiando pesares, mientras tú me lloras;
que no esté la sala con los cuatro cirios
y yo en una urna, mirando hacia arriba;
que no estén las mesas llenas de remedios,
que no esté el pañuelo cubriéndome el rostro,
que no venga el mozo con la tarjetera,
ni cuelguen las flores de los candelabros
ni estén mis hermanas llorando en la sala,
ni estés tú sentada, con tu ropa nueva.
Madre, si me matan,
que no venga el hombre de las sillas negras.
Lléname la casa de hombres y mujeres
que cuenten el último amor de su vida;
que ardan en la sala flores impetuosas,
que en dos grandes copas quemen melaleuca,
que toquen violines el sueño de Schumann;
los frascos rebosen de vino y perfumes;
que me miren todos, que se digan todos
que tengo una cara de soldado muerto.
Lléname la casa
de flores regadas, como en una selva.
Déjame en tu cuarto, cerca de tu cama;
con mis cuatro hermanas, hagamos consejo;
tenme de la mano, tenme de los labios,
como aquella noche de mi padre muerto,
y al cabo, dormidos iremos quedando,
uno con su muerte y otros con su sueño.
Madre, si me matan,
que no venga el coche para los entierros,
con sus dos caballos gordos y pesados,
como de levita, como del Gobierno.
Que si traen caballos, traigan dos potrillos
finos de cabeza, delgados de remos,
que vayan saltando con claros relinchos,
como si apostaran cuál llega primero.
Que parezca, madre,
que voy a salirme de la caja negra
y a saltar al lomo del mejor caballo
y a volverme al fuego.
Madre, si me matan,
que no venga el coche para los entierros.
Madre, si me matan,
y muero en los bosques o en mitad del llano,
pide a los soldados que te den tu muerto;
que los labradores y las labradoras
y tú y mis hermanas, derramando flores
hasta un pueblo manso se lleven mi cuerpo;
que con unos juncos hagan angarillas,
que pongan mastranto y hojas y cayenas
y que así me lleven hasta un cementerio
con cerca de alambres y de enredaderas.
Y cuando pasen los años,
tráeme a mi pedazo, junto al padre muerto
y allí, que me pongan donde a ti te pongan,
en tu misma fosa y a tu lado izquierdo.
Madre, si me matan,
pide a los soldados que te den tu muerto.
Madre, si me matan, no me entierres todo,
de la herida abierta sácame una gota,
de la honda melena sácame una trenza;
cuando tengas frío, quémate en mi brasa.
Cuando no respires, suelta mi tormenta.
Madre, si me matan, no me entierres todo.
Madre, si me matan,
ábreme la herida, ciérrame los ojos
y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo
y esa pobre mano por la que me matan,
pónmela en la herida por la que me muero.
Llora en un pañuelo que no tenga encajes;
ponme tu pañuelo
bajo la cabeza, triste todavía
por la despedida del último sueño,
bajo la cabeza como casa sola,
densa de un perfume de inquilino muerto.
Si vienen mujeres, diles, sin sollozos
—¡Si hablara, qué lindas cosas te diría!
Ábreme la herida, ciérrame los ojos...
Y una palabra: JUSTICIA
escriban sobre la tumba.
Y un domingo, con sol afuera,
venga la Madre y las Hermanas
y sonrían a la hermosa tumba
con nardos, violetas y helechos de agua
y hombres y mujeres del pueblo cercano
que digan mi nombre como de su casa
y alcen a los cielos canto de victoria,
Madre, si me matan.



Fotos: Robadas Web

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